Todos tenemos estrés cotidiano en nuestras vidas, pero los 43 millones de estadounidenses con discapacidades, sus familias y amigos tienen más probabilidades de sentir ansiedad, miedo, confusión, temor, frustración, enojo y fatiga.
Hay tres tipos diferentes de estrés:
estrés relacionado con la persona (edad, relaciones, habilidades de afrontamiento, intereses, etc.),
estrés relacionado con la discapacidad (salud, edad de inicio, habilidades de afrontamiento, dolor y energía, estabilidad del medio ambiente, visibilidad del medio ambiente), y
estrés relacionado con el medio ambiente (exclusión / aislamiento, falta de servicios, cobertura de los medios de comunicación, medicamentos, economía deficiente, desempleo)
Existen formas a corto y largo plazo para enfrentar el estrés.
La reducción del estrés a corto plazo solo toma unos segundos, horas, días y semanas para aliviar el estrés. Algunas formas de aliviar el estrés a corto plazo son hacer ejercicio, cocinar, soñar despiertos, meditar, cantar, sonreír, hablar por teléfono, viajar, escribir, contar cuentos, bromear con la risa y abrazar, entre muchos otros.
La reducción del estrés a largo plazo lleva semanas, meses o años. Algunas de las cosas que puede hacer para aliviar el estrés a largo plazo son: consejería, relaciones cercanas, ejercicio regular, empoderamiento, tutoría, movimiento, pasatiempos, descanso, socialización, asistencia entre compañeros, amistades, defensa, amistades, participación familiar, autodeterminación habilidades y apoyo habilidades de coordinación de recursos.
Cuando enfrente una situación estresante,
deténgase y pregúntese si preocuparse por la situación va a cambiar el resultado,
si es la presión que ejerce una persona, tome un descanso de esa persona,
tome cinco minutos para alejarse de la situación y respire profundo,
encuentre un amigo en quien confiar,
escriba un diario.
Esas son algunas maneras en que puede aliviar el estrés para que no consuma su día.